«Cuando la situación es buena, disfrútala. Cuando la situación es mala, transfórmala. Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate». Viktor Frankl
Todos, de alguna manera, tenemos un molde; nos formamos dentro de él. En base a ese molde percibimos el mundo, analizamos la realidad, tomamos decisiones y nos comportamos.
Tal como se derrama un líquido cuando no se encuentra en un recipiente, sin un molde la existencia sería un caos pues ese molde nos ayuda a descubrir quienes somos y a relacionarnos con los demás.
Sin embargo, ese molde a veces nos limita, actúa como un caparazón que imposibilita nuestra expansión; si bien nos ayuda a entender y afrontar la vida, a veces nos conduce al estancamiento.
¿CÓMO SE FORMA NUESTRO MOLDE?
Nuestro molde se forma primeramente en la niñez. Los mensajes que recibimos en el hogar actúan de manera poderosa sobre nuestra conciencia: lo que está bien y lo que está mal, lo que se premia y lo que se castiga, lo que se valora y lo que se desprecia, lo que nos produce placer y lo que nos produce sufrimiento, lo que nos da confianza y lo que nos da miedo. Los valores, esos principios que rigen nuestro comportamiento, se adquieren inicialmente en el hogar, cualquiera haya sido el que nos haya tocado.
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Muchas de estas creencias entran en crisis en la adolescencia y el molde puede modificarse. Aparecen la pérdida de las seguridades absolutas, una nueva percepción de la existencia, la adquisición de nuevos conocimientos, las experiencias propias y la observación de las ajenas. El molde suele tomar una nueva forma que nos va redefiniendo como personas y termina consolidándose entre los 18 y 25 años.
¿CUÁL ES TU MOLDE?
Aunque hay diversos tipos de moldes -uno por cada persona- presentamos algunos que impiden a muchos ser felices y realizar sus sueños.
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Estos son solo cuatro de los muchos moldes. Si tu molde se parece a alguno de ellos, ¿A dónde te conducen? ¿Es la vida que querés para vos? ¿Estás resignado a vivir así toda la vida y a renunciar a tus sueños?
DECONSTRUIRSE PARA RECONSTRUIRSE
Hoy está de moda la palabra deconstruirse: deshacer lo que somos para adquirir una nueva estructura. El asunto es por dónde empezar.
Para recuperar nuestros sueños y la fuerza para luchar por ellos debemos romper el molde. ¿Cómo se hace? El proceso comienza con la toma de conciencia: darnos cuenta del molde en el cual nos encontramos. Luego, sigue el deseo de cambiar. Aunque todos podemos cambiar, solo cambia el que se lo propone. A partir de allí comienza la tarea más desafiante: el reconstruirse. Para ello proponemos cuatro pasos:
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¿A dónde quieres llegar? ¿Lo que estás haciendo te acerca a ese lugar? Si no vas en la dirección correcta, rompe tu molde y trabaja estos cuatro pasos: visión, decisión, acción y pasión. A veces es necesario dar un gran salto. Como dijo alguien, no es posible salvar un abismo con dos pasos pequeños. Sin duda, el cambio tiene un precio muy elevado, pero hay algo aún más costoso: no cambiar.
Pablo Roberto Bedrossian
Médico Especialista en Cardiología, Máster en Administración y Marketing Estratégico,
Máster en Dirección de Empresas (MBA). Músico y compositor. Actualmente, CEO de GO UP / Expertos en Negocios, Ha dado numerosos seminarios y charlas incluyendo conferencias para profesionales de la salud, cursos de venta y charlas de motivación, en Argentina, el Caribe y Centroamérica. Orador en Iglesias, escritos de revistas y ha participado en programas radiales y televisivos. Reside en San Pedro Sula, Honduras.