¿Cuántas veces escuchamos esta frase de consejo de parte de nuestros líderes?
Yo, desde mi juventud. Desde que cumplí 18 años y tenía que elegir una carrera universitaria y el pastor le advirtió a mi padre que no lo hiciera para evitar «que me contaminara con el mundo».
Tremenda advertencia.
Gracias a Dios, tengo un padre maravilloso, de avanzada para aquellos tiempos, previsor y guiado por Dios que se impuso aun siendo ministro de esa congregación, y a todos sus hijos nos impulsó a estudiar carreras universitarias y terciarias que han sido siempre de gran bendición personal y congregacionalmente. Dios lo hizo así y le doy gracias.
Pero…, con aquellas frases terminantes y amenazadoras provenientes del liderazgo de entonces, quienes nos atrevimos a incursionar en «temas del mundo», recibimos algunas críticas, cuestionamientos, aislamientos, aunque en otros casos otros se han acercado «ya que vos estas en contacto con el poder de turno.»
Como iglesia, nos ha costado mucha pérdida de tiempo y energías entender que esto no es así.
¿Pero cuáles son los temas del mundo?
Todos, claro. Moda, política, funciones públicas, economía, deportes, espectáculos, todo lo que la religión considera no «merecedor» de acercamiento cristiano. Es decir, todo lo que Juan 3:16 incluye en el amor del Padre.
Claro, quizás el temor, la inseguridad, una enseñanza religiosa basada en criterios humanos, más que enfocada a oír la voz de Dios, o la falta de información sobre las funciones públicas o la defensa de los derechos legítimamente defendibles ante los ojos de Dios, nos ha llevado a cerrarle la puerta a toda participación de un cristiano en la vida pública o social.
Sin embargo, leo en mi Biblia, que es la que todos tenemos, unos versículos impactantes:
Proverbios 31:8-9 (NVI)
8 Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos.
9 Sí, habla a favor de los pobres e indefensos, y asegúrate de que se les haga justicia
Entendemos que la mujer en la Biblia representa La Iglesia, y los cristianos gobernamos desde un Reino, por lo que las palabras de Proverbios 31, son más que los versículos dirigidos a las mujeres o a los reyes. Atendamos estas palabras aplicables a todos los que creemos que la Biblia es la Palabra de Dios.
Levanta tu voz en oración, y de igual forma en la sociedad. Participa en las funciones «del mundo» según Su guía y Su dirección, viviendo una verdadera vida de comunión con Dios.
Dios no nos llama a vivir una vida de felicidad personal, disfrutando en nuestro pequeño pueblo muy feliz, y ahí termina todo. No, Dios nos llama disfrutar sus bendiciones personales y en el Cuerpo de Cristo, y a salir, buscar y hablar a quienes han sido cegados en su entendimiento, atrapados por una vida sin Dios, limitados y excluidos en una sociedad quebrantada y superficial, y también, a levantar la voz por ellos.
Levanta tu voz en oración, y de igual forma en la sociedad. Participa en las funciones «del mundo» según Su guía y Su dirección, viviendo una verdadera vida de comunión con Dios.
Los que somos conscientes del dolor, la pobreza mental y espiritual, la destrucción de las familias, la desaparición de niños y jóvenes, la indigencia, los malos tratos a ancianos y a niños, las adicciones y tantos otros males en que son atrapados quienes aún no han sido iluminados por la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, no podemos callar.
Ni en nuestras oraciones, ni en nuestras acciones de fe.
Pide al Señor que te guie claramente, como debes aplicar estos versículos a tu llamado o vocación. Escucha Su voz dándote dirección específica, y participa, se parte en aquello que Él te está dirigiendo a hacer para accionar tu fe y ser ese canal de bendición para un mundo que se pierde, y por quien la sangre de Cristo se derramó.
La intimidad con el Señor te mostrara el Camino perfecto para cumplir Su propósito.
Porque la única meta que nos impulsa es escuchar Su Voz al final de nuestros días diciéndonos: «Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor» Mateo 25:23 (Reina Valera Contemporánea)
Dios te guie a involucrarte «en las cosas del mundo”.
Imagen de Stella Giordano en Pixabay
Miriam Romero
Nació en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina. Se graduó como ingeniera (Universidad de Morón), y se dedica a dictar conferencias, escribir y formar en diferentes disciplinas. Siendo líder motivadora y capacitadora se enfoca en el desarrollo de vidas para generar productividad y concreción de propósitos. Es presidente de la Fundación Causa de Vida y fundadora de los Ministerios Miriam Romero que brinda seminarios, talleres y jornadas adecuadas para extender su horizonte o el de su congregación, y avanzar en las metas que se han propuesto en Dios. Es autora de tres
libros. Recibe la cobertura ministerial de la iglesia “Jesucristo es un Estilo de Vida” de la Unión de las Asambleas de Dios.
miriamrromero@gmail.com Facebook miriamromero.org/servicios