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La escritora y poetisa Liliana Cecilia Martinoff Coppola presenta su libro ‘El Mensaje de Jesucristo’

Por Liliana Cecilia Martinoff Coppola

11 de abril de 2025
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GIDP. Luego de su última creación literaria Vislumbrando Esperanzas Poemas (2020) donde la autora expone vivencias experimentadas a lo largo de 40 años, logrando reflejar en cada una de sus poesías sentimientos muy profundos que te invitan a conocer a Aquel que es la fuente de su vida creativa, Liliana vuelve a su pasión con el lanzamiento de su nueva obra “El Mensaje de Jesucristo” y nos explica qué la inspiró a desarrollar esta temática en su libro luego de 4 años de pausa.

LCMC. Al enfocarnos en El Mensaje de Jesucristo, es necesario indagar la forma en que se transmite el Mensaje de salvación, debido a que fuimos alertados por el Señor, que en los últimos tiempos se levantarían falsos profetas que cambiarían el Mensaje dado por Él, modificando la Palabra; diluyendo su contenido y veracidad con palabras engañosas que intentarán endulzar los oídos del pueblo, justificando al impío y reprobando al justo.

Por ello, al dar el Mensaje de nuestro Señor Jesucristo; las buenas nuevas de salvación y la esperanza gloriosa que tenemos en Él, debemos hacerlo con la misma intención, el mismo énfasis, igual concepto, criterio y propósito: el eterno plan perfecto de Dios para los hombres. «Para que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento».

GIDP. Luego notamos que hay un mensaje implícito en su relato y es allí cuando Martinoff Coppola nos explica la importancia de reafirmar ciertos conceptos.

LCMC. Este estudio se enfoca en el Mensaje que continuamente Dios dio desde el principio; a través de sus profetas, y en estos postreros días nos ha hablado mediante su amado Hijo. Un Mensaje de paciencia, misericordia y amor que busca que el hombre abandone su rebelión y se vuelva a su Creador y a su perfecto plan de redención para su propio bien; para que viva.  

Un Mensaje de paciencia, misericordia y amor que busca que el hombre abandone su rebelión y se vuelva a su Creador y a su perfecto plan de redención para su propio bien; para que viva.

Luego de siglos de silencio, Dios vuelve a ponerse en movimiento para redimir a su creación; solo que en esta oportunidad, Él mismo, hecho hombre, vendría a dar el Mensaje directamente de su boca, para que no haya posibilidades de malentendidos; ni cambios en el Mensaje; ni dudas del propósito perfecto de Dios para redimir a los hombres, librándolos de la condenación que tenían por delante.

GIDP. La autora nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y de qué manera transmitimos el mensaje que dio Jesucristo a la humanidad ante las problemáticas sociales que nos rodean.

LCMC. Hoy en día, debemos prestar atención al Mensaje que damos a otros y al que recibimos, para asegurarnos que se trata del mismo Mensaje dado por el Señor Jesús, y no otro; porque Dios no dará por inocente al que cambiare el Mensaje de Jesucristo.

Tan importante es el Mensaje, que Dios mismo se hizo hombre, dejó su gloria y descendió a la tierra para entregarnos la Palabra hablada directamente de su boca. Palabra pura y sin contaminación. En ella nos reveló al Padre; al reino que quiso compartir con nosotros; nos enseñó sobre su plan de rescate; su propósito eterno; y la esperanza gloriosa a la que fuimos llamados.

Por tanto, es necesario que prestemos debida atención al Mensaje que Él trajo, para asegurarnos de dar el mismo Mensaje; Sus mismas verdades; Su mismo énfasis y concepto; Su visión y enseñanza; la misma esperanza, humildad y sometimiento al Padre; Su relación y dependencia de Él y la misma obediencia hasta la muerte. Su propósito de buscar y salvar lo que se había perdido, nos instruyó sobre el pacto nuevo y vivo a través de Su sangre, por la cual los hombres pueden ser perdonados y nacer de nuevo, a una nueva vida.

Sus enseñanzas deben ser atesoradas por cada uno de los que le aman, pedirle a Dios que las grabe en nuestra mente y las escriba en nuestro corazón y ponga en nosotros Temor de Dios, para no pecar contra Él.

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Hebreos 2: 1-3   

La venida de Jesús a la tierra no fue casual; tampoco Su muerte. El propósito de Dios fue gestado desde antes de la creación del mundo, “por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios”. Hechos 2:23. Su Mensaje es verdadero; directo; no intenta adular a la gente para que lo siga; era y es controversial, porque es necesario confrontar al hombre con su pecado, para que se arrepienta, abandone su mal camino y se vuelva a Dios; para que pueda ser redimido.

GIDP. El tema principal que la autora quiere transmitir a través de su obra es la manera en que vivimos el evangelio y lo que representa Dios en nuestras vidas. Sigamos su relato para reflexionar al respecto.

LCMC. Estamos en el fin de los tiempos. Su venida es inminente; y el concejo del Señor para nosotros es prepararnos para el encuentro de nuestra reunión con Él; para que entonces no tengamos que salir de Su presencia avergonzados, sino que, limpios, lavados y perdonados por Su misericordia, seamos aceptos en el Amado, y podamos escuchar de Su boca decir: “Buen siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor.”

Jesús es la imagen visible del Dios invisible. Es Dios mismos quien se acercó a los hombres para mostrar el camino al Padre. El Hijo de Dios, hecho hombre, para redimir a los hombres de las tinieblas en las que estaban sumergidos, debido a su rebelión e iniquidad.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él» Juan 3:16-17.

Redimir a los hombres de sus maldades no era un proyecto sencillo, porque muchos no quisieron seguirlo, ni aceptaron su propuesta redentora, sino que prefirieron seguir caminando sin Dios y sin esperanza. “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12

GIDP. Mientras disfrutamos de la experiencia de la lectura, Liliana nos muestra cuan maravillosas son las bendiciones que recibimos cuando nos dejamos guiar por el Señor.

LCMC. Sus enseñanzas nos impulsan a crecer en el conocimiento de la voluntad de Dios; nos enseña cómo orar; a quién, y en nombre de quién; nos enfoca sobre las verdaderas prioridades en las que debemos enfocarnos; nos revela el gozo que se produce en el cielo cuando un pecador se arrepiente; nos muestra el amor del Padre, quien desea darnos lo mejor; nos devela la necesidad de pedir sabiduría para conducirnos en cada decisión. Cuando Jesús inició su ministerio, comenzó a predicar diciendo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

En muchos lugares ha sido cambiado el Mensaje que hoy día se acostumbra a dar alrededor del mundo. Se ha modificado, y lo que resultó no fue bueno. Los predicadores quisieron adornar el Mensaje con sentimientos, mucho amor, mucha comprensión para el pecador; tolerancia con los adúlteros; comprensión con los violentos; justificación con los adictos; llegando a modificar tanto el Mensaje, que en lugar de llamarlos al arrepentimiento, les leen sus derechos en lugar de exhortarlos para que abandonen el pecado.

Pero Dios espera oír confesión de pecados, arrepentimiento y disposición para abandonar el pecado y apartarse de lo malo para ser rescatados del futuro de perdición en el que se encuentran. No hacemos ningún favor a la gente, cuando le decimos que Dios es un Dios de amor, que los ama y comprende así como son. Porque en esa media verdad, hay engaño incluido; y cuando el engaño está presente, la verdad se desvanece.

Claro que es cierto que Dios es un Dios de amor. También es verdad que nos ama, y por ese motivo envió a su Hijo al mundo, para que el mundo sea salvo por Él. Pero Dios es Santo. No aprueba el pecado. No es cierto que aprueba lo que somos, porque somos pecadores, y si no nos arrepentimos de lo que hacemos y de lo que somos, nos espera una condenación eterna.

Su Hijo Jesús pagó un precio de sangre para redimirnos de nuestros pecados; pero si el hombre no muestra arrepentimiento y confiesa su pecado, nunca podrá llegar a ser una nueva criatura, ni podrá entrar en el reino de los cielos si menosprecia el Plan de salvación. Por eso, habiendo extendido Dios Su mano para redimirnos a través de Jesús, queda en cada uno de nosotros la responsabilidad de acogernos a Su Plan Redentor o continuar sin Dios ni esperanza, lo que sería muy lamentable.

Por tal motivo, es necesario volver al Mensaje original que nos enseñó Jesús; el que Él mismo predicó; para que la gente entienda la verdad y no sea confundida. Ellos deben conocer el Mensaje del evangelio de Jesucristo. Esa es la emergencia. Que conozcan la Verdad: a Jesús.

«Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan. Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” Hechos 17:30-31

LIBROS

El Mensaje de Jesucristo (2024)

Al enfocarnos en El Mensaje de Jesucristo, es necesario examinar la forma en que se transmite, debido a que fuimos alertados por el Señor, que en los últimos tiempos se levantarán falsos profetas que cambiarán la Palabra dada por Él mismo, modificando las Escrituras, diluyendo Su contenido y veracidad con palabras engañosas que intentarán endulzar los oídos del pueblo, justificando al impío y reprobando al justo, para que no se arrepientan ni se vuelvan de sus malos caminos, para que no sean perdonados ni redimidos. Por ello, debemos asegurarnos de que El Mensaje de Jesucristo sea entregado sin adulteración, con la misma intención, igual énfasis, mismo criterio y propósito: el eterno plan perfecto de Dios para los hombres, «… no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento».

Vislumbrando Esperanzas – Poemas (2020)

Vislumbrando esperanzas expone en poemas vivencias experimentadas por su autora a lo largo de 40 años; logrando reflejar en cada uno de ellos, no solo su convicción en el único Dios Viviente, en quien confiesa creer, sino además la comprobación concreta de Su realidad en momentos de dificultad, como así también, de alegría, paz y esperanza.

En estas líneas, Liliana deja aflorar de su interior sentimientos muy profundos, invitándote a conocer a Aquel que es la fuente de su vida creativa.

Hallazgo Inesperado – Novela. (2019)

En esta novela podrá disfrutar de una historia que impactará su corazón. La misma está basada en la vida de una pequeña niña; quien tuvo vivencias extraordinarias, y pérdidas que podrían haber dejado en su mente huellas imborrables. Sucesos desafortunados y un gran secreto que llevan a la niña a superar situaciones extremas, y enfocarse en su futuro con entusiasmo.

El temor que Dios espera hallar en mí. (2017)

El Temor de Dios es un tema misterioso y oculto. Misterioso porque es un tanto desconocido; muy poco se ha hablado de él. Y oculto para ser descubierto cuando amamos a Dios como él demanda ser amado, lo buscamos con corazón sincero y venimos ante Su presencia humillados, deseando que nos enseñe quiénes somos, por qué fuimos llamados y para qué nos apartó; Él nos revela cuál es el Temor que espera hallar en cada uno de los que redimió con Su sangre.

Te invito a leer este estudio y descubrir el plan perfecto de Dios para tu vida. La esperanza gloriosa para los que permanecen en Él.

Liliana Cecilia Martinoff Coppola es escritora y poetisa Argentina. Está casada con Héctor Coppola, tiene cuatro hijas y siete nietos. Desde muy joven se dedicó a escribir poemas, e incursionó en narrativas de diferentes géneros, completando obras aún inéditas. Entre sus publicaciones se encuentran: El temor que Dios espera hallar en mí, Hallazgo inesperado, Vislumbrando esperanzas, y El Mensaje de Jesucristo.

La escritora es miembro de la Iglesia Cristiana Evangélica ICFE de Longchamps, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

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