El dinero es un arma que el enemigo usa para derribar a los cristianos y pervertir el Evangelio.

La triste realidad es que muchos predicadores están cada vez más interesados ​​en adquirir riquezas que en ganar almas. En muchas iglesias, los mensajes actuales se centran en la prosperidad, mientras que la vida cristiana y la rectitud se dejan de lado. 

La teología de la prosperidad, que está ganando terreno en muchas iglesias en estos días, se está volviendo muy atractiva, especialmente entre los cristianos africanos, porque promete una vida mejor a los fieles que están empobrecidos y carecen de las necesidades básicas.

Jesús, en el libro de Mateo 6:24, dijo a los discípulos: «No podéis servir a Dios y a Mammón». Mammón en la Biblia significa riquezas que tienen una influencia degradante en la adoración a Dios. Es un objeto de adoración en sí mismo. Su objetivo es esclavizar las almas de los hombres y mujeres cristianos sin que sepan que han sido secuestrados por el diablo.

Lo interesante de la declaración de Jesús es que uno hubiera esperado que usara la palabra «diablo» en lugar de «Mammón».

¿Por qué lo hace Jesús? Porque el diablo no es tan atractivo como el dinero. Cuando se enfrentan a la tentación común de elegir entre Dios y las riquezas, muchos eligen esta última. «El amor al dinero es la raíz de todos los males; codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados ​​de muchos dolores». 1 Timoteo 6:10

El dinero tiene una gran influencia espiritual en nuestras vidas y puede distorsionar fácilmente nuestra relación con Dios mismo. ¿Por qué? Porque muchos juzgan la madurez espiritual y la rectitud según la prosperidad material que uno tenga.

En algunas iglesias, a los ricos se les dan asientos especiales y se los trata como los favoritos de Dios, mientras que los pobres son marginados.

Es importante señalar que el dinero por sí solo no causa daño a los cristianos. El amor por el dinero es la raíz de todo tipo de maldad. El peligro no es tener dinero, sino amarlo. Todo lo que amas en este mundo es lo que adoras. Para evitar amar el dinero, debemos tener una mentalidad celestial y comprender que las cosas de este mundo son efímeras.

«Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas; sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre» 1 Timoteo 6:11. Pablo amonestó a Timoteo a rechazar la búsqueda mundana y a canalizar toda su energía espiritual en la virtud de Dios.

Cuando nos centramos en las cosas de arriba, pensamos menos en las cosas mundanas. Nuestra orientación espiritual determina cómo adoramos a Dios y cómo respondemos a las tentaciones del mundo.

No olvidemos quién tiene nuestro corazón. Mammón, al fin y al cabo, no puede competir con Jesús.

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Por Oscar Amaechina

Oscar Amaechina es el presidente de Afri-Mission and Evangelism Network, Abuja, Nigeria. Su llamado es llevar el evangelio a donde nadie ha predicado ni oído hablar de Jesús. Es el autor del libro Mystery Of The Cross Revealed. 

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