En Nueva Zelanda durante la noche del 23 de febrero se produjeron una serie incendios en varias iglesias, en la ciudad de Masterton al norte de la capital, Wellington.
Los expertos concluyeron que se trataba de incendios provocados entre las 4 y las 5 de la mañana, que afectaron principalmente a cuatro templos cristianos. Tres de ellos evangélicos: la Iglesia Anglicana de la Epifanía, la Iglesia Bautista de Masterton y el Templo de la Comunidad Evangélica Equippers. El cuarto fue como la Iglesia Católica de San Patricio. Doce camiones de Bomberos fueron movilizados y logrando evitar que el daño fuera aún mayor.
Las llamas causaron daños de diversa consideración en los edificios, algunos de los cuales resultaron gravemente afectados. Afortunadamente, pese a los grandes daños materiales ninguna persona fue afectada.
Además, hubo tres intentos más de incendios en otras tantas iglesias, y en la capilla de una funeraria cercana; aunque afortunadamente no llegaron a prender las llamas.
Las comunidades que han sido objeto de estas acciones han exigido justicia por tratarse, además de vandalismo, de ataques contra la libertad religiosa y el respeto a los lugares de culto.
Por el momento, se desconoce la motivación y la autoría de tales ataques. Aunque las autoridades han iniciado una investigación. Un video que circula en redes sociales muestra a un hombre gritando expresiones antirreligiosas, que se considera como posible responsable de los ataques.
Estos incidentes no son los primeros contra edificios religiosos en Nueva Zelanda. En noviembre de 2023, una iglesia metodista en Auckland fue incendiada en dos ocasiones en una sola noche. Asimismo, ese mismo mes, un atentado incendiario tuvo lugar en una mezquita de la misma ciudad, lo que generó gran preocupación entre las comunidades de fe.
Por su parte, las comunidades que han sido objeto de estas acciones han exigido justicia por tratarse, además de vandalismo, de ataques contra la libertad religiosa y el respeto a los lugares de culto.
David Dew, líder de la Iglesia Bautista Masterton, expresó su preocupación por el carácter deliberado de los ataques, sugiriendo que alguien pudo haber arrojado un objeto para iniciar los incendios y calificó lo ocurrido como un acto criminal planificado, destacando que no es común tener siete bombas incendiarias listas para ser utilizadas. Este tipo de violencia ha dejado a los residentes de Masterton inquietos y asustados.
El Alcalde de Masterton Gary Caffell destacò que muchas organizaciones locales han ofrecido ayuda para que las iglesias puedan continuar con sus servicios.
Interior de uno de los templos evangélicos tras el incendio
La pisada producciones
