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Pablo Besson, primer defensor de los derechos evangélicos en argentina

28 de octubre de 2023
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Recordemos a un pionero. Celebremos su accionar y agradezcámosle a Dios por su ministerio que cesó a sus 79 años por causa de salud. Un personaje muy reconocido por todo el movimiento protestante argentino.

 

Pablo Besson (4 de abril de 1848 – 30 de diciembre de 1932), nació en Nod, cantón de Berna, cerca de Neuchatel, Suiza. Hijo de un predicador de la Iglesia Reformada y de una madre de origen valdense que iba a ejercer mucha influencia sobre él, mediante el relato de la historia de sus antepasados, describiéndole las escenas de fe, heroísmo y fidelidad de aquellos creyentes. “Piedad, estudio, ejercicio y trabajo se unieron en su primera educación para dar como resultante un carácter enérgico y un espíritu libre” (S. Canclini).

Se encaminó por la senda que sus padres le marcaron, de tal manera que entrado en la adultez, el propio Besson se convirtió en un bien capacitado Pastor Bautista.

Estudió en la Facultad de Teología de la Universidad de Neuchatel (1868), con profesores como Federico Godet (1812-1900), entre otros. En Alemania estudió con el sabio Lobegott Friedrich Constantin Tischendorf (1815-74) de Leipzig. De él recibió su pasión por la crítica bíblica. Sin embargo el gran acontecimiento en su vida espiritual vino mediante Christoph Ernst Luthardt (1823-1902), que le mostró directamente el camino de la salvación por pura gracia mediante la fe.

Arrepentido, aceptó a Cristo en su corazón y por primera vez en su vida se sintió realmente cristiano, regenerado por el Espíritu de Dios, confiado sólo en los méritos de Cristo. De regreso de Leipzig volvió a estudiar en la Universidad de Basilea, para terminar su licenciatura en teología.

El 12 de octubre de 1870 fue ordenado al ministerio de la Iglesia Reformada. Fue pastor suplente en varios lugares, hasta que en 1871, junto a otros 22 pastores, cinco asistentes ministeriales y tres profesores de teología, renunciaron a la Iglesia oficial de Suiza y fundaron la Eglise évangélique neuchâteloise indépendante de l’Etat (Iglesia evangélica de Neuchatel independiente del estado).

Invitado por los pastores franceses A. Duchemin y Leopoldo Monod, marchó a Francia como evangelista, en la ciudad de Lyon. Allí entró en contacto con una pequeña congregación Bautista, que le llevó a confrontar y estudiar las diferencias sobre el tema del bautismo de niños, como creía su iglesia, o de adultos sobre la base de la fe personal. Convencido de este último punto, renunció al Consejo de su Iglesia y fue bautizado por inmersión, para gran sorpresa de sus conocidos, amigos y familiares.

Un tiempo después la Misión Bautista de Boston (USA), aceptó sus servicios en calidad de evangelista en la región norte de Francia, a la que dedicó seis años de duro trabajo.

En 1881 un grupo de creyentes bautistas suizo-franceses le solicitó ayuda como pastor para la Obra en una lejana tierra al Sur de América. Pablo Besson llegó a Argentina el 25 de julio de 1881 (a los 33 años), invitado por una pequeña colonia agrícola de bautistas franceses en Esperanza, provincia de Santa Fe. A ellos les iba a dedicar un año. A finales de 1882 se trasladó a Buenos Aires, para difundir el evangelio y fue en ese tiempo donde se destacó por su lucha a favor de la libertad religiosa y de cultos. Visitó numerosos pueblos y llegó a ser un personaje característico y popular.

Con dinero de su herencia y otras donaciones, Besson levantó el primer templo Bautista en Buenos Aires, en la calle Estados Unidos 1273.

 

Besson, como lingüista competente y bautista ferviente, cuyas convicciones nacieron del estudio de las Sagradas Escrituras, se trasladó a finales de 1882 a Buenos Aires. Allí organizó la primera Iglesia Bautista Argentina de habla hispana. Esto fue un cambio radical con la tradición, dado que las pocas congregaciones evangélicas hasta entonces eran disponibles solamente para grupos de lengua extranjera.

Besson comenzó una lucha por la libertad religiosa. En ese entonces la Iglesia católica no permitía el registro de nacimientos, matrimonios, educación y entierro a quienes no eran católicos. Algo muy valioso para los pertenecientes al movimiento protestante. Su mente aguda y su fluida pluma pronto encontraron eco en el espíritu liberal de la nueva Argentina.

En 1911 asistió al segundo Congreso de la Alianza Mundial Bautista, celebrado en Filadelfia (EE.UU.).

Pablo Besson escribió artículos en La Prensa, La Nación, La Capital, etc. en los que relató casos de discriminación, los cuales fueron utilizados por liberales políticos para establecer el registro de protestantes.

A los 57 años, en octubre de 1905, contrajo matrimonio con Margarita Mealley, viuda del pastor bautista inglés Jorge Graham. En marzo de 1927, a los 79 años, renunció a su cargo pastoral, por causa de su salud. Bien amado por todo el movimiento protestante argentino murió el 30 de diciembre de 1932, enterrado en el Cementerio Británico de Bs. As. de la Chacarita.

Erudito, amante de los libros, escribió importantes ensayos de historia y apologética recogidos en dos tomos. Pero es más conocido por su perdurable traducción del Nuevo Testamento, la primera de toda Latinoamérica, hecha del griego al castellano.

Usó mucho de la controversia, especialmente para combatir los errores de la Iglesia de Roma, convencido, como estaba, de que era imposible edificar las verdades del Evangelio sin antes demoler los castillos de la superstición y la falsedad. En todo momento fue un defensor de la libertad social y religiosa y de la inviolabilidad de la conciencia.

La historia bautista en la Argentina se asocia con el pastor Pablo Besson quien con su solo nombre llena todo un paisaje humano. La variedad y amplitud de su personalidad y la acción heroica de sus afanes, lo constituyen el arquetipo de todos aquellos que se atrevieron a «correr los riesgos de la libertad».

Santiago Canclini escribió un libro biográfico titulado “Pablo Besson:  un heraldo de la libertad cristiana” que fue digitalizado en el año 2014.

Transcribimos su prólogo que data de noviembre de 1933:

“El estudio de la vida de un hombre que ha sido útil a la sociedad y a la causa de la fe, además de tener la importancia que hay en la observación de toda experiencia humana para aprender las lecciones que de ella se desprendan, posee el mérito de mostrarnos lo que es posible ser y hacer cuando Cristo ha sido entronizado en el corazón y se le permite dirigir desde allí cada paso del camino a recorrer.

En este caso, la biografía trazada es al mismo tiempo, en cierto modo, la historia de los comienzos de una de las fases de la obra evangélica en las Repúblicas del Plata. Desde este punto de vista quizá, pudiera parecer a algunos lectores que nos hemos mantenido demasiado dentro de cierto marco, pero es necesario reconocer que ello ha surgido inevitablemente de la necesidad de ser fieles a los hechos y a las ideas del señor Besson.

Estamos convencidos, por otra parte, de que la vida de unos cuantos adalides con que ha contado la causa evangélica en estos países, entre los cuales colocamos a nuestro personaje, deben considerarse como patrimonio general, tanto por la obra realizada por ellos, cuanto por su influencia bienhechora sobre el ambiente que actuaron.  Evocamos con admiración los nombres de ese puñado de precursores que, por haber sido grandes y sinceros, nos hacen pensar en común Señor y Salvador que con su gracia los animó y sostuvo.

Si la lectura de esta obra sirviera para despertar en algunos el interés hacia los problemas espirituales, para confirmar en su experiencia religiosa a otros

y, sobre todo, para inspirar en la juventud evangélica un mayor deseo de ser útil a la sociedad viviendo más consagradamente, daremos la honra a Aquél a quien le corresponde.

Fuente extraída de Bibliografía Editorial Clie | Wikipedia.org

clie.es/autor/besson-pablo-enrique

 

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