Hace aproximadamente quince días se cumplió un año de la muerte de la joven Mahsa Amini, que desencadenó numerosas protestas en 2022. La joven fue detenida por llevar el hiyab (pañuelo islámico) de forma inapropiada» y murió mientras estaba en prisión.
La muerte de Mahsa fue el detonante de las protestas contra el autoritarismo y las injusticias del gobierno islámico radical que controla el país. A raíz de ella se han producido nuevas manifestaciones este año en Irán, que han dado lugar a varias detenciones en todo el país, de las que ha informado la agencia estatal de medios de comunicación.
Los servicios de inteligencia y seguridad iraníes han ordenado la detención de numerosas personas acusadas de «alteración del orden público» y «actividades subversivas». Entre los detenidos hay estudiantes, activistas civiles y defensores de los derechos de la mujer.
Hay informes no oficiales de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad en ciudades kurdas. No hubo tiroteos, pero muchas personas resultaron heridas en los enfrentamientos y la incertidumbre y la angustia asolan la nación.
Shanin, una cristiana iraní, compartió un pedido de oración que se ha vuelto aún más difícil en este contexto. Ella y su esposo están intentando adoptar un niño, pero la ley no permite adoptar a los no musulmanes. «No mentiré, diré que soy cristiana, pero necesito la ayuda de Dios para ganar este caso y que mi familia pueda ser bendecida con un nuevo miembro».
Otra noticia alarmante fue la confirmación de la condena del pastor iraní Anooshavan Avedian, de 61 años. En el 2022 había sido condenado a diez años de prisión, sin embargo, aún no había comenzado a cumplir su condena. Fue el 14 de septiembre de este año cuando dos agentes de los servicios de inteligencia iraníes se lo llevaron para que cumpliera su sentencia.
La detención de Anooshavan se produjo el mismo día en que otro pastor, Joseph Shabazian, fue excarcelado de la prisión de Evin. El pastor Anooshavan ya había sido detenido anteriormente junto con dos cristianos de origen musulmán, Soori y Mohammadi, por dirigir una iglesia en una casa.
La detención de Anooshavan es una violación más de la libertad religiosa en Irán y demuestra el uso arbitrario de la justicia para coartar a la comunidad cristiana local. Contamos con tus oraciones por el pastor, su familia y todos los cristianos perseguidos en Irán.
