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El avance imparable de los evangélicos en América Latina: antes de 2030 superarán a los católicos en varios países

2 de enero de 2024
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  • El cristianismo evangélico es la religión que más rápido crece en Latinoamérica y cada vez tiene más fuerza en la política.
  • El «voto religioso», aumenta en todos los países de la región: Guatemala, por ejemplo, ha tenido ya tres presidentes evangélicos.
  • Hoy en día, difunden sus enseñanzas a través de las redes sociales: ocho de los diez influencers cristianos más seguidos en Brasil son evangélicos.

El cristianismo evangélico es la religión que más rápido crece en Latinoamérica. Alrededor de una quinta parte (20%) de los latinoamericanos se identifican hoy como evangélicos. Hace veinte años, en 2002, eran un 10%.

En Guatemala y Honduras, se espera que los evangélicos superen a los católicos como la religión dominante para 2030. Y lo mismo podría suceder en Brasil para a mediados de esa década. En los últimos diez años, se abrió una nueva iglesia en Brasil casi cada hora, y el 80% eran evangélicas. Son datos de The Economist, que advierte de que la fuerza de este grupo religioso cada vez es más importante en la política latinoamericana.

Influencers evangélicos con más seguidores que el Papa

Todo empezó en la década de 1970, cuando varios pastores, inspirados por los de Estados Unidos, introdujeron una corriente en la región conocida como neopentecostalismo. Predica el «evangelio de la prosperidad», una reinterpretación radical de la Biblia que afirma que la riqueza terrenal es un signo de las bendiciones divinas. Tales enseñanzas resultaron particularmente atractivas para los pobres con aspiraciones que emigraron a las ciudades.

Edir Macedo

Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal, es multimillonario y posee el segundo canal de televisión más visto de Brasil.

Desde entonces hasta hoy, se han ido adaptado a los tiempos. En la actualidad los evangélicos difunden sus enseñanzas a través de las redes sociales. En Instagram, ocho de los diez influencers cristianos más seguidos en Brasil son evangélicos, por ejemplo. Deive Leonardo, un predicador de 32 años, tiene más de 13 millones de seguidores. El Papa Francisco tiene 9 millones.

«Antiguamente, las iglesias hablaban de Jesús en las plazas, en las calles… Hoy se habla de Jesús a través de las redes sociales», dice Pedro Franco en The Economist. Lidera InChurch, una ‘startup’ que ofrece ‘software’ para iglesias. Casi todos sus clientes son evangélicos.

Pero no sólo difunden su religión online. La catedral de la Iglesia Universal del Reino de Dios en Salvador, al noroeste de Brasil, es tan grande que se puede ver a kilómetros de distancia. Y su anexo, que puede albergar hasta 3.000 personas, se llena en las tardes de los viernes.

Son todas estas cosas las que han hecho aumentar con fuerza el «voto religioso» en Latinoamérica. Guatemala, por ejemplo, ha tenido ya tres presidentes evangélicos en las últimas décadas.

Bolsonaro consolidó su papel en la política brasileña.

Ese «voto religioso» se entiende mejor si se tiene en cuenta, por ejemplo, que días antes de la segunda vuelta presidencial de Brasil en octubre, Luiz Inácio Lula da Silva publicó una carta abierta en la que prometía no cerrar iglesias y decía que estaba en contra del aborto. El mensaje iba dirigido al tercio del electorado que es evangélico. Su rival, Jair Bolsonaro, había dedicado el 40% de sus visitas previas a la campaña a actividades con iglesias evangélicas.

Fue Bolsonaro quien consolidó el papel de los evangélicos en la política brasileña. A mediados de la década de 2010, Brasil se sometió a una investigación por corrupción de decenas de partidos. Dilma Rousseff, la presidenta de izquierda elegida por Lula, fue acusada en 2016.

Los evangélicos promovieron la idea de que Brasil estaba pasando por una «crisis moral por falta de conexión con los valores cristianos», según explica en The Economist Caio Barbosa, de la Universidad de São Paulo. Y en 2018, el 70% de los evangélicos votaron por Bolsonaro, un católico casado con una evangélica. Durante su mandato, las iglesias consiguieron exenciones de impuestos. Desde 2018, unos 84 diputados evangélicos se han sentado en el Congreso.

En los últimos años, la influencia de los evangélicos ha ido aumentando en todo el continente latinoamericano. Las leyes del aborto o la «ideología de género» han contribuido a ello. Y ha habido, además, un cambio de estrategia. Muchos se están aliando, ahora, con los católicos más conservadores.

En Chile, por ejemplo, en las elecciones de 2021, los evangélicos se alinearon con José Antonio Kast, católico, por sus puntos de vista pro-vida y porque está en contra del matrimonio homosexual. Los evangélicos también ayudaron recientemente a elegir un alcalde del Opus Dei en Perú.

El voto religioso va a aumentar

Y hablamos de un fenómeno, el del «voto religioso», que va a ir a más, según todos los expertos. Porque los evangélicos están subrepresentados todavía.

José Guadalupe, de la Universidad del Pacífico de Perú, explica que, por ejemplo, en El Salvador sólo el 6% de los diputados del Congreso son evangélicos, pero lo es más la tercera parte de la población. En Colombia constituyen el 16% de la población, pero sólo tienen el 4% de los escaños en el Congreso.

Aunque no todo vale. El año pasado, el porcentaje de votos de Bolsonaro entre los evangélicos cayó al 63%. A pesar de que hizo campaña sobre la ideología de género, muchos feligreses estaban decepcionados, por su desastroso manejo de la pandemia, en la que murieron más de medio millón de brasileños. Aunque aumente el «voto religioso», puede que no todo el voto lo sea.

Fuente: https://www.niusdiario.es

Foto: Es la religión que más rápido crece en Latinoamérica.GETTY

 

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