En la película Prometeo, la protagonista Elizabeth Shaw, es una mujer de fe que cree en Dios y lleva una cruz con una cadena en su cuello. Ella se encuentra en el espacio con un androide llamado David, un grupo de científicos y técnicos que han ido al espacio a tratar de descubrir el origen de la vida, Pero para ella representa una oportunidad de descubrir la existencia de Dios.
Pero las cosas dan un giro abrupto hacia el caos. Y en una escena de la película Elizabeth Shaw se encuentra en un quirófano, en donde se da cuenta que tiene un feto alienígena en su vientre. Y el androide, David, se acerca a ella y le susurra al oído; «se debe sentir como que tu Dios te abandonó».
Es muy posible que sí, en la oscuridad del espacio a años luz de la tierra y sin prueba acerca de su fe, tal vez sentía que Dios la había abandonado.
Y no se a tú, pero a mí me pasa lo mismo. Aunque he hecho a Dios el centro de mi vida, a veces me siento en la oscuridad, a veces me siento a años luz de Dios y sin confirmación acerca de mi fe y lo que creo. Y como muchos me hago preguntas, preguntas claves: ¿Por qué Dios no es más evidente, más obvio? ¿Por qué parece guardar silencio? ¿Por qué se siente distante? ¿Por qué no contesta todas las oraciones que le hacemos? ¿Por qué parece que las cosas están empeorando en el mundo?
Tengo una sugerencia: no parece que Dios nos ha abandonado, ¡Dios nos ha abandonado! Y déjame explicar esta aparente herejía: «Dios nos ha abandonado a nuestra responsabilidad». Y no hay soledad más grande, no hay ansiedad más grande que aquella proveniente del llamado a la responsabilidad.
Pensemos por un momento en Jesús: la noche antes de su crucifixión se encuentra en el huerto orando a Su Padre y Lucas nos dice que Jesús parecía tener dudas acerca de lo que le iba a tocar vivir el día siguiente. Y en su oración le dice al Padre: «Si es posible líbrame de este trago amargo». Él se estaba refiriendo a la muerte tan terrible que iba a experimentar, pero el Padre no lo libró.
Permíteme avanzar un poco más todavía en este argumento: el día siguiente en la cruz Jesús lanzó un clamor que todos nosotros, si estamos haciendo las cosas correctamente, llegaremos a hacer en la vida. Él clamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué me has abandonado?» ¿No tenía Jesús un Padre que lo amaba? ¿Un Padre con el cuál platicaba todos los días y le decía Abba Padre? ¿Ese Padre que nos enseñó a orar y nos dijo que nos iba a dar todas las cosas que le pedíamos? Bueno mi alegato es que Dios abandonó a Jesús. Dios lo abandonó a Su responsabilidad, lo abandonó a Su llamado y Jesús cumplió con esa responsabilidad y después de eso ascendió al cielo. Nos dejó. Sin embargo, antes de irse enunció cosas que son claves para comprender lo que estoy afirmando. Él dijo «me voy, es necesario que yo me vaya, he terminado la obra que empecé». Pero nos dice a nosotros: «ahora ustedes vayan, hagan, den, guarden, ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo, no escondan esa luz». Y San Pablo nos dice (parafraseando) que “nosotros hemos sido consolados obviamente por el Espíritu Santo para que nos convirtamos en consoladores de los demás, en paracletos”.
Y Jesús comunicó otra cosa: «Como el Padre me envió, así los envío a ustedes». De la misma manera que ese Padre envió a Jesús y lo dejó en la cruz, a mí esto me suena a que Jesús nos está delegando una responsabilidad, como el ‘pase de una estafeta’. Cuando en una carrera de atletismo el corredor le pasa la estafeta al siguiente corredor lo abandona en su carrera, él ya hizo su parte, ya hizo lo que tenía que hacer y abandona a ese corredor en su carrera. Está con él a la distancia, lo apoya pero lo abandona a su carrera.
Y nosotros hemos sido abandonados a nuestra carrera. No es lo que nos gusta oír porque suena muy fuerte pues, cuando nos abruma el peso de la responsabilidad, nos sentimos abandonados. En un concierto frente a miles de personas una noche me llegó ese entendimiento: «Dios me ha abandonado» y me dio ansiedad en ese momento, la ansiedad de pensar: «estoy solo en esto, Jesús ya hizo su parte y ahora yo tengo que hacer la mía».
Sigue pensándola muy bien. Jesús no se fue, solamente cambió de rostro, y ésta es la razón por la que Dios no es tan visible, para que nosotros nos hagamos visibles.
Es por eso que Dios no resuelve todos los problemas para que nosotros los resolvamos. Por eso Dios no responde todas las oraciones para que nosotros las respondamos. Por eso Dios parece ausente para que nosotros nos hagamos presentes en las necesidades de los demás. Por eso Dios se esconde para que nosotros nos mostremos. Por eso Dios guarda silencio para que nosotros hablemos, y Jesús dijo: «si nosotros callamos las piedras van a hablar».
Al final, todo tiene que ver con responsabilidad. Pero nosotros los creyentes a veces queremos regresarle la estafeta a Dios, queremos evadir la responsabilidad y decimos con frecuencia «no, no soy yo, yo no hago las cosas, Dios es el que hace las cosas», y pienso que tal vez Dios nos respondería: «no, no soy yo, eres tú».
Es un reconocido cantante y compositor mexicano. Comenzó su carrera a mediados de la década de los 90, gozando hoy en día de un enorme prestigio y vigencia en toda Latinoamérica, USA, y gran parte de Europa. Realizó estudios bíblicos en California, Estados Unidos mientras alternaba como guía espiritual en la iglesia de “Dios de Van Nuys”. Después regresó a México donde fundó Amistad y vida, una comunidad cristiana en Agua Prieta, Sonora. Continuó por varios años predicando y ejerciendo como líder espiritual en Chihuahua, México. En 1990 lanzó su primera producción discográfica, ‘Renuevo Espiritual’. A comienzos de la década de 2000 lanzó su primera obra escrita titulada ‘Cenando con Jesús: Él ha Preparado un Lugar Para ti en la Mesa’. Es el fundador y presidente del sello discográfico Vástago Producciones. Durante su extensa trayectoria como músico ha recibido varios premios, entre ellos, los ALMA, AMCL y Arpa. También ha sido nominado en varias ocasiones a los Premios Grammy Latinos y GMA Dove Awards. Su última nominación fue en los Grammy Latinos 2022 por su trabajo ‘¿Cómo me ves?’.