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Susanna Wesley: la madre del metodismo

22 de agosto de 2025
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Conocida por su profundo compromiso con la educación de sus hijos, la madre de los fundadores del metodismo (John y Charles Wesley) fue pionera en el desarrollo de la educación en casa y se convirtió en un modelo a seguir para muchas mujeres.

Algunas biografías retratan a esta mujer como una supermamá con una familia numerosa, que se destacó en la gestión de su tiempo y se convirtió en pionera del homeschool (colegio en casa). Aunque las opiniones sobre su estilo de crianza son diversas, los datos de su vida nos muestran que fue madre de John y Charles Wesley, dos personajes prominentes de la historia de la Iglesia, conocidos por su disciplina al orar, ayunar y hacer obras de caridad, y por haber dado pie al surgimiento del metodismo.

Según esto, ¿cuál fue la forma en que crió a sus hijos? ¿Qué se puede aprender de su metodología de educación?

Escultura de Susanna Wesley para la Iglesia Metodista de East Finchley / Foto: Bug Woman

Una niñez entre libros y argumentos.

Susanna nació en Londres el 20 de enero de 1669. Fue la menor de los 25 hijos que tuvo el prominente clérigo Samuel Annesley. Su padre, quien tenía una clara inclinación puritana, se convirtió en uno de los expulsados del ministerio anglicano, pues se negó a adherirse al entonces nuevo Libro de oración (1662). Al ser un ministro no conformista, Samuel imprimió en sus hijos ideas religiosas que diferían de la Iglesia de Inglaterra. Con el tiempo, se convirtió en el amado líder de una gran congregación disidente en Londres. La madre de Susanna era una cristiana seria y se esforzó por inculcar la fe a su numerosa familia.

A pesar de tener tantos hijos, el reverendo Annesley les proporcionó a todos una educación de altísima calidad, lo cual incluía también a las mujeres. El ambiente familiar los animaba mucho a leer libros de la gran biblioteca que tenían, por lo que desarrollaron criterios y puntos de vista muy sólidos. Debido a esto, Susanna también obtuvo un excelente dominio de varios idiomas y es bien sabido que poseía un conocimiento teológico superior al de muchos ministros de su tiempo.

Pintura de Susanna Wesley por Richard Gilmore Douglas / Imagen: Donald Ryan

Dado que la residencia de la familia Annesley fue un punto de encuentro para destacados ministros disidentes de la Iglesia de Inglaterra —como Thomas Manton, Richard Baxter y John Owen—, es probable que Susanna haya estado expuesta a diversos argumentos propios de esa corriente. Como consecuencia, aprendió a cuestionar las ideas con las que no estaba totalmente de acuerdo. Una muestra de esto es que en 1682, cuando tenía tan solo trece años, sorpresivamente le dijo a su padre que quería unirse a la Iglesia de Inglaterra por convicción propia. Parece que el asunto no fue muy discutido por el señor Anessley, quien aceptó la decisión de su hija.

De señorita Anessley a señora Wesley.

Elizabeth, hermana de Susanna, se casó en agosto de 1682. En la boda, Susanna conoció a Samuel Wesley, con quien se casó seis años después, en el invierno de 1688, cuando ella tenía 19 años. Wesley, quien era siete años mayor que ella, también era un disidente de la Iglesia de Inglaterra, pero terminó siendo ministro anglicano, tal vez por influencia de la propia Susanna.

Durante sus primeros años de matrimonio, Samuel pastoreó varias iglesias a lo largo de Inglaterra, pero en 1697 la pareja se estableció en el poblado de Epworth. Al parecer, a Susanna no le molestaba la idea de tener una familia numerosa como la de sus padres: los Wesley tuvieron 19 hijos, aunque algunas fuentes dicen que fueron 17. En todo caso, debido a la alta tasa de mortalidad infantil de ese momento, solo diez llegaron a una edad adulta.

Probablemente, la razón por la que el nombre de Susanna Wesley resuena en los ecos de la historia de la Iglesia es por haber sido la madre y principal responsable de la educación espiritual de John y Charles Wesley. Se trata de los fundadores del movimiento metodista, quienes fueron figuras claves en el Gran Despertar, una serie de avivamientos que le dieron un nuevo aire al protestantismo en Europa y América.

Pintura de Samuel Wesley Senior por David Ernest Keal / Imagen: Epworth Old Rectory

Planificación, estructura y disciplina.

La señora Wesley se tomaba muy en serio la educación de sus hijos, a tal punto que en febrero de 1709, tras un incendio de la casa pastoral en Epworth, los niños fueron alojados temporalmente con otras familias. Pero ella quería que regresaran lo más pronto posible; pensaba que fuera de su supervisión olvidarían fácilmente la estricta observancia del día del Señor que se les había enseñado en casa, y que aprenderían hábitos que los distraerían de su crecimiento espiritual.

Su compromiso con la formación de sus hijos la llevó a enseñarles de manera rigurosa y con la más alta calidad educativa posible. Susanna comenzaba la educación formal de sus hijos cuando estos cumplían cinco años; les enseñaba el abecedario el primer día. Cuando sus hijas Molly y Nancy tardaron más de un día y medio en aprenderlo, se sintió frustrada por su lento progreso. Tal era su nivel de exigencia.

Además, impartía clases de griego y latín. Un dato interesante es que su hija Hetty, con tan solo ocho años, ya podía leer partes del Nuevo Testamento en griego de manera fluida. Precisamente, otro rasgo particular de la educación impartida por Susanna es que ella enseñaba por igual a varones y a mujeres. Siempre fue una crítica de que se le diera prioridad a la educación masculina y que se menoscabara lo que las niñas podían aprender.

Su metodología de educación es toda una leyenda. Por ejemplo, la planificación de la educación de sus hijos incluía sacar un espacio semanal para cada uno de ellos, por separado. Ella creía que a los niños se les debía enseñar a leer a una edad temprana y que los padres debían tener un papel activo en su desarrollo espiritual. Su trasfondo puritano, mezclado con su orientación hacia el anglicanismo, hizo que la educación de sus hijos tuviera matices de la piedad puritana, la espiritualidad de los disidentes de la Iglesia de Inglaterra, y el orden y sacramentalismo de la religión anglicana.

Algunos inconvenientes financieros.

Susanna logró imprimir en el carácter de sus hijos unos patrones firmes y organizados para su vida diaria. No solo se los enseñó, también se los modeló y les ayudó a incorporarlos. Además, les inculcó modales que les ayudaron a ser obedientes y a seguir las instrucciones tanto de su madre como de su padre. Aunque algunos podrían pensar que la disciplina rigurosa impuso una distancia entre padres e hijos, no hay mucha evidencia que respalde esta idea. De hecho, se sabe que Susanna y Samuel mantuvieron siempre una relación amistosa con todos sus hijos, incluso cuando estos ya eran mayores.

Vitral de Charles y John Wesley / Foto: Pollinator

Si bien la sólida formación de Susanna en asuntos teológicos, bíblicos y doctrinales también la llevó a ser una maestra natural para los niños de su iglesia e incluso para los adultos, esto generó algunos inconvenientes. En ocasiones, llegó a tener dificultades con su esposo porque ella enseñaba de mejor manera que algunos clérigos de la congregación que él dirigía.

Adicional a esto, en 1705, uno de los acreedores de Samuel Wesley lo llevó a prisión por deudas durante varios meses. En ese tiempo, Susanna tuvo que luchar para mantener a la familia alimentada. Finalmente, gracias a la amabilidad de algunas personas que pagaron su deuda, Samuel fue puesto en libertad. Sin embargo, debido a sus malos hábitos en esa área, los Wesley enfrentaron a menudo dificultades financieras; vivían bajo una constante presión y endeudamiento. Solo gracias a la paciencia de los acreedores y a la amabilidad de otros clérigos lograban mantenerse a flote, asegurando techo y alimentación.

La influencia de su modelo de educación en el metodismo.

Una pregunta interesante es: ¿qué tanto influyó Susanna en el movimiento metodista que iniciaron sus hijos? Muchos historiadores han especulado sobre este asunto y han llegado a ciertas hipótesis. Por ejemplo, una característica distintiva de los hermanos Wesley era su marcada tendencia al orden y la metodología, lo que finalmente les valió el apodo de “metodistas”. Esta inclinación probablemente se debió a la formación que recibieron de su madre. Sumado a esto, en John y Charles se observó una tensión entre el puritanismo y el anglicanismo que también fue experimentada por ella. Esto evidencia que los hermanos fusionaron las mejores ideas de ambos mundos en su movimiento.

Según otros expertos, la influencia de Susanna como líder en reuniones de estudio bíblico y oración podría haber sido un factor importante en la formación de las sociedades metodistas. Aunque, en un principio, los Wesley tenían dudas acerca de si los laicos debían enseñar la Biblia, con el tiempo comenzaron a delegar cada vez más la enseñanza a ministros no ordenados.

Pintura de Samuel Wesley Senior junto a Susanna y Samuel Wesley Junior, por Richard Gilmore Douglas. / Imagen: Donald Ryan

Cuando John ya era un predicador famoso, le escribió a su madre para preguntarle cómo los había educado a él y a sus hermanos, y así poder escribir al respecto. John probablemente utilizó estas ideas en el desarrollo de la Escuela Kingswood, de la que se hizo cargo en 1748. La intención inicial de la institución era enseñar a leer a los pobres. Al igual que su madre, John también vio la importancia de brindar educación a las niñas y allí se las proporcionó.

Algunas de las ideas sobre la crianza que Susanna le escribió a su hijo John incluían:

  • Refrena la tenaz voluntad en el niño, así como la de aquellos que colaboran con Dios para salvar su alma.
  • Enseña a tu hijo a orar apenas aprenda a hablar.
  • Solicita que todos estén en quietud durante el tiempo de devoción familiar.
  • Para evitar las mentiras, no castigues las faltas que han confesado y de las cuales se han arrepentido.
  • Nunca permitas que una acción pecaminosa quede sin castigo.
  • Enseña a los niños a tener temor de la vara.
  • Nunca castigues dos veces al niño por la misma ofensa.
  • Elogia y recompensa el buen comportamiento.
  • Reconoce todo esfuerzo por complacer, aun cuando no se realice cabalmente.
  • Cumple debidamente todas tus promesas.

Grabado en papel de Susanna Wesley por John Willey (1863) / Foto: The Museum of Methodism & John Wesley’s House

Buenas disciplinas, pero un mensaje del Evangelio confuso.

No obstante, es posible que un aspecto de la educación que Susanna les brindó a sus hijos haya sido problemático. Al insistir en un programa tan riguroso de gestión del tiempo y en una vida santa tan meticulosa a través del esfuerzo personal, tal vez les transmitió una visión distorsionada de la vida cristiana. No sorprende entonces que, cuando estaban en Oxford, tanto John como Charles estuvieran tan confundidos acerca del camino de la salvación.

Junto a algunos amigos, John y Charles fundaron el Club Santo (Holy Club en inglés), una sociedad para que los miembros se estimularan mutuamente a una vida de buenas obras, en extremo disciplinada y metódica. Si bien este enfoque tenía sus beneficios, también estaba basado en una premisa errónea: que podemos agradar a Dios a través de nuestros propios esfuerzos.

John y Charles fueron ordenados y sirvieron como misioneros antes de descubrir que su concepción de la salvación estaba distorsionada. Fue solo a través del contacto con los misioneros moravos que comprendieron la salvación como un regalo de gracia otorgado por Dios al pecador, que no se puede ganar con esfuerzos propios. A pesar de esto, hoy Susanna es recordada como una cristiana devota, una madre amorosa y una fuerte influencia en el desarrollo de sus hijos, quienes tuvieron un profundo impacto en el panorama espiritual de su tiempo.

Después del fallecimiento de su esposo, en 1735, Susanna dejó Epworth y se vio obligada a vender gran parte de sus muebles para pagar las deudas pendientes. Hacia el final de sus días, vivió con varios de sus hijos. En su último año, estuvo bajo el cuidado de John.

Finalmente, murió en julio de 1742 y fue enterrada en Londres. Así terminó la vida de una de las mujeres más famosas de toda la historia de la Iglesia.

De Susanna Wesley podemos aprender la importancia de la educación de calidad, la constancia, la disciplina, la guía espiritual, la paciencia y la perseverancia en la crianza. Sin embargo, queremos preguntarte: ¿qué fallas o agujeros consideras que tuvo el método educativo de Susanna Wesley? ¿Crees que el modelo de crianza de Susanna Wesley deja una enseñanza para las madres del siglo XXI? ¿Qué estrategias y principios de crianza expuestos por ella son bíblicos?

Por Giovanny Gómez Pérez para BITE https://biteproject.com

Foto de Nota: BITE

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