Cada año, durante la Vigilia Pascual, decenas de catecúmenos adultos son bautizados por inmersión en Francia. Del griego «bucear», el Bautismo literalmente sumerge a la persona en Dios, «en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo». Por eso, los catecúmenos se sumergen tres veces. El catecúmeno entra por un lado de la pila bautismal y sale por el otro, signo de su conversión.
Bañados para ser liberados de todo mal y limpiados de todo pecado, los bautizados son así sacados de las aguas para nacer a una vida nueva. Luego, emprenden un nuevo camino orientado decididamente hacia Cristo.
Por su lado, la Conferencia Episcopal Francesa informa de que, a pesar de la aceleración de la «descristianización», se ha producido un aumento de las peticiones de bautismo en la Iglesia católica en los últimos 10 años.
Durante un servicio de Pascua, se bautizaron 7.135 adultos y más de 5.000 adolescentes de 11 a 17 años, según América Magazine.
El informe explica que este año se bautizó un 31% más de personas que el año pasado y que el número de adultos, de 18 a 25 años, pasó del 23% al 36% en el último año.
«En la sociedad francesa actual, el 80% de los jóvenes no ha recibido ninguna educación religiosa», explicó el padre Vincent Breynaert, director del Servicio Nacional de Juventud y Vocaciones. «Tienen muy pocas ideas preconcebidas sobre la Iglesia. Lo que tienen en común, aquellos que piden el bautismo, es que han tenido una experiencia espiritual y un encuentro personal con Cristo».
El informe también destaca que las peticiones de bautismo son notables en las grandes ciudades. En París, entre el 2023 y el 2024 hubo un aumento del 27%.
En lo que respecta a la demografía, lo más sorprendente es que aquellos que solicitan ser bautizados provienen de «familias sin religión».
Alrededor del 5% de los cristianos recién bautizados proceden de familias musulmanas.
«Es muy asombroso ver el camino, a menudo totalmente inesperado, que toman los que piden ser bautizados», dijo Mons. Olivier Leborgne, Obispo de Arras y presidente del Consejo para la Catequesis y el Catecumenado, quien añadió que lo que está ocurriendo lo hace a una «escala desconcertante».
Los dirigentes católicos del país afirmaron que «el Señor ha decidido tomar la iniciativa», porque el aumento de los bautismos no se puede explicar de otra manera.
«En un mundo que cambia rápidamente, a menudo desorientado, y una iglesia que no lo es menos, puede ser que el Señor haya decidido tomar la iniciativa», compartió.