La física nos enseña que un resorte almacena energía y, en el momento justo, la libera para impulsar hacia arriba. En la vida sucede igual: una palabra, un gesto, un acto de bondad puede ser ese resorte que levante a alguien cuando siente que todo lo empuja hacia abajo.
Todos lo hemos vivido: momentos en los que el cansancio, el desánimo o la falta de fuerzas nos aplastaban… y, de repente, apareció alguien con la palabra justa, una mirada sincera, un gesto simple. Y fue como un resorte invisible que nos devolvió la esperanza y nos puso otra vez de pie.
Aristóteles decía: «Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito». Qué gran verdad: los pequeños hábitos de bondad (escuchar sin apuro, animar con sinceridad, tender una mano sin esperar nada) son resortes que impulsan vidas todos los días.
La Biblia lo dice con claridad en Hebreos 10:24: «Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones». Fíjate que no dice «cuando tengas ganas» ni «si te sobra tiempo». Dice pensemos. Es decir, se trata de ser intencionales, de buscar con creatividad cómo ser ese resorte que levanta al que está caído.
La Madre Teresa lo resumió magistralmente: «No siempre podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con gran amor». Y esas pequeñas cosas tienen la misma fuerza que un resorte comprimido: liberan energía que impulsa hacia adelante y cambian destinos.
Ahora, pensemos juntos: ¿qué sos vos en la vida de los demás? ¿Un peso que aplasta como la gravedad, o un resorte que impulsa hacia arriba? ¿Alguien que frena con críticas, o alguien que empuja con esperanza?
La clave está en recordar que, aunque podamos levantar a otros, todos necesitamos un resorte mayor. La Biblia nos muestra que ese resorte perfecto es Cristo.
Él nos levanta del pecado, del miedo y de la culpa. Y cuando vivimos impulsados por Él, no solo permanecemos firmes: también recibimos la fuerza necesaria para ser resortes en la vida de los demás.
El desafío de hoy es este: busca a alguien y conviértete en su resorte. Mándale un mensaje, regálale un gesto, invierte tiempo. Porque nunca nos parecemos más a Dios que cuando damos. Y si lo haces por amor, puedes estar seguro: cuando te toque caer, Cristo mismo pondrá un resorte debajo tuyo para levantarte otra vez.
Imagen de Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay
Leandro Jesús Oviedo
Es comunicador, escritor y orador, con una vocación clara: inspirar a la generación actual a conocer y servir a Dios en todas las áreas de la vida. Fue ordenado como evangelista por sus apóstoles Sergio y Liliana Galetto del Ministerio Fuente de Vida. Es autor de los libros: “Descubre quién eres”, “El Café de cada día” y “El Poder de la Inspiración”. Conduce en redes sociales el programa “Entrelazados”, donde entrevista líderes de América y Europa con el propósito de ver unido al cuerpo de Cristo. Es conductor de “Afectados”, programa radial que se transmite por Radio Mitre (Cañada de Gómez). Comparte su podcast titulado “Más Profundo” ofreciendo reflexiones enriquecedoras para el alma. Leandro vive en San Genaro (Santa Fe, Argentina) con su esposa Elisabet y sus hijos Theo y Zoe. Su pasión por seguir a Cristo se refleja en su compromiso de compartir un mensaje transformador y edificante.
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