El sufrimiento de miles de cristianos en Nigeria ha generado una guerra de narrativas con profundas consecuencias políticas. Las cifras son escalofriantes y el silencio de las autoridades oficiales pretende ocultar la persecución contra los seguidores de Cristo.
La nación de Nigeria se ha convertido en el escenario de una feroz guerra de narrativas que resuena a nivel internacional. La tormenta estalló cuando Ted Cruz, un influyente senador del Partido Republicano en Estados Unidos, acusó al gobierno nigeriano no solo de pasividad, sino de una complicidad activa con los grupos islamistas que desangran al país con masacres y desplazamientos, como Boko Haram. Estas afirmaciones no fueron meramente retóricas; se enmarcan en un proyecto de ley que busca endurecer la postura de Washington, pues incluye posibles sanciones contra las autoridades nigerianas responsables.
Y es que nadie niega la magnitud de la tragedia. La violencia ha alcanzado niveles abrumadores: según la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos de Nigeria, al menos 2266 personas fueron asesinadas por insurgentes en la primera mitad de 2025, una cifra que ya supera el total de muertes de todo 2024. Solo en el mes de abril se registraron 570 asesinatos y 278 secuestros. El éxodo es igualmente masivo: para enero de 2025, el número de desplazados internos ascendía a 2.3 millones de personas, según datos de Humanitarian Action.

Ted Cruz, senador del Partido Republicano en Estados Unidos, acusó al gobierno nigeriano de una complicidad activa con los grupos islamistas. / Foto: Agencia EFE
Sin embargo, la disputa converge en una sola palabra: «cristiano». Mientras Cruz y otras figuras influyentes han caracterizado el conflicto como un «genocidio cristiano», Nigeria se defendió inmediatamente. Rechazó tal descripción diciendo que es una simplificación de una problemática con profundas raíces socioeconómicas y tribales. Como resultado, la opinión pública global se ha fracturado y las redes sociales se han convertido en un campo de batalla para posturas irreconciliables.
Más allá del ruido político, la realidad sobre el terreno es innegable: miles están muriendo a manos de grupos como Boko Haram. Estos datos, fríos e irrefutables, nos obligan a trascender la disputa diplomática y a preguntarnos con honestidad: ¿qué está sucediendo realmente en la nación más poblada de África?
Persecución de cristianos: una situación real
Comencemos separando el ruido político de la evidencia empírica. Si bien el debate sobre la terminología —genocidio, persecución, crisis de seguridad— es complejo, la realidad del sufrimiento de los cristianos nigerianos no es una construcción retórica, sino un hecho verificable. La principal fuerza detrás de esta tragedia tiene un nombre que ha resonado con terror durante más de una década: Boko Haram.

Miles de personas están muriendo a manos de grupos como Boko Haram. / Foto: Daily Post
Boko Haram, el enemigo del cristianismo
Boko Haram surgió en medio de la fractura fundamental que históricamente ha definido a Nigeria. El país es una amalgama de territorios dispares, fusionados por la administración colonial británica en 1914. Esta división es más notoria en el plano religioso y económico: el sur, que es mayoritariamente cristiano, ha prosperado gracias al comercio y al petróleo, y el norte, que es predominantemente musulmán, se ha sentido históricamente marginado y empobrecido. El islam se arraigó en el norte desde el siglo XI, mientras que el cristianismo llegó al sur en el siglo XIX por medio de la actividad misionera.
En este caldo de cultivo de resentimiento, muchos en el norte comenzaron a ver al gobierno secular —percibido como corrupto y dominado por intereses sureños— como una imposición incompatible con sus tradiciones islámicas. Musulmanes radicales ganaron terreno argumentando que los problemas de la nación eran el resultado del abandono de los principios del islam, así que los llamados a retornar a la ley Sharia se hicieron cada vez más fuertes.
Fue en este contexto que, a principios de los años 2000, apareció un movimiento liderado por el clérigo Mohammed Yusuf. Aunque su nombre formal se traduce como «Personas comprometidas con la propagación de las enseñanzas del profeta y la yihad», el mundo lo conocería por su apodo en lengua hausa: «Boko Haram», que significa «la educación occidental está prohibida».

Mohammed Yusuf / Foto: Dominio público
En sus inicios, se estableció como un movimiento religioso que denunciaba la influencia occidental y la corrupción gubernamental, pero todo cambió en 2009. Una brutal represión por parte de las fuerzas de seguridad nigerianas culminó con la ejecución extrajudicial de Yusuf y el asesinato de cientos de sus seguidores. Este evento fue el catalizador que transformó a Boko Haram en una insurgencia armada y despiadada bajo el mando de un nuevo y violento líder, Abubakar Shekau.
La misión del grupo se volvió explícitamente yihadista: derrocar al Estado nigeriano y establecer un califato regido por una interpretación estricta de la Sharia. El propio Shekau lo declaró sin ambigüedades en sus videos: «Disfruto matando a cualquiera que Dios me ordene matar, de la misma manera que disfruto matando pollos y carneros». Su guerra no era solo contra el Estado; era, de manera muy específica, contra el cristianismo, religión a la que veía como un pilar de la odiada influencia occidental.
Bajo el liderazgo de Shekau, Boko Haram desató una campaña de terror sin precedentes. Sus tácticas incluían atentados suicidas, asesinatos y masacres indiscriminadas, con un enfoque particular en iglesias, escuelas y mercados. Su acto más infame, que capturó la atención del mundo, fue el secuestro de más de 270 niñas, en su mayoría cristianas, de una escuela en Chibok en 2014.

Abubakar Shekau / Foto: Dominio público
Un lugar de “persecución extrema»
La ideología y las acciones de Boko Haram no dejan lugar a dudas sobre sus intenciones, pero son los datos los que revelan la verdadera escala de la persecución. Durante años, el ministerio Puertas Abiertas (Open Doors), a través de su Lista Mundial de Persecución, ha documentado la situación de los cristianos en todo el mundo. El caso de Nigeria es particularmente desolador.
Aunque en la lista de 2025 Nigeria ocupa el puesto número 7 —lo cual indica un nivel «extremo» de persecución—, en cierto sentido su situación es la más grave del mundo. La lista mide la presión en múltiples áreas de la vida, y la «violencia» es solo una de ellas. Sin embargo, cuando se aísla esta variable, Nigeria se convierte, año tras año, en el epicentro mundial de la yihad contra los cristianos.
Nigeria se mantiene como el epicentro mundial de la violencia yihadista contra los cristianos, según la Lista Mundial de Persecución 2025 de Puertas Abiertas. / Imagen: Puertas Abiertas
Las cifras son escalofriantes. Según el informe de Puertas Abiertas de 2024, casi 8 de cada 10 cristianos asesinados por su fe en todo el mundo eran nigerianos. De los 4998 cristianos asesinados a nivel global en el periodo analizado, un abrumador 82% (4118) murieron en Nigeria. Esta no es una anomalía de un solo año; es un patrón consistente que demuestra que, en términos de violencia letal, Nigeria es el lugar más peligroso del planeta para ser cristiano.
El informe de 2025 confirma que la tendencia continúa. La violencia se ha extendido desde el norte, bastión de Boko Haram, hacia el sur del país, con ataques cada vez más frecuentes en el llamado «Cinturón Medio». Además de los asesinatos, la persecución se manifiesta en otras formas brutales: 2830 cristianos fueron secuestrados y otros 3100 fueron asesinados en Nigeria durante el periodo de reporte de 2025. Cientos de iglesias han sido atacadas o cerradas, y un número incalculable de cristianos ha sido forzado a abandonar sus hogares y tierras.
¿Será una consecuencia de la pobreza?
Asimismo, el argumento de que la insurgencia es meramente un producto de la pobreza cae por su propio peso. Es cierto que Nigeria atraviesa una severa crisis económica: el último informe del Banco Mundial de octubre de 2025 confirma que la pobreza ha aumentado drásticamente, pasando del 40% en 2019 a un proyectado 61% (139 millones de personas) para 2025, siendo especialmente elevada en el norte del país, donde «más de 7 de cada 10 nigerianos son pobres».
Sin embargo, como explica el académico Alex Thurston en su análisis para la Brookings Institution, la privación económica por sí sola no puede explicar por qué surgen movimientos violentos con ideologías particulares. La cosmovisión de Boko Haram es, y siempre ha sido, fundamentalmente teológica: abolir el estado secular nigeriano y reemplazarlo con una teocracia basada en la Sharia.

Alex Thurston / Foto: Wilson Center
Esto nos regresa a la cuestión anterior: ¿por qué matan a otros musulmanes? Thurston y Obadare lo aclaran: desde la perspectiva extremista del grupo, los musulmanes moderados que participan en la democracia o que no se adhieren a su interpretación radical del islam no son verdaderos musulmanes. Son apóstatas, «incrédulos» (kuffar) o «politeístas» (mushrikun), y por tanto, objetivos legítimos.
Pero, si Boko Haram mata a cristianos y musulmanes por su agenda islámica radical, ¿por qué los líderes nigerianos siguen rechazando la descripción de «genocidio cristiano»? La respuesta es pragmática y tiene que ver con la economía y la soberanía nacional. Aunque los líderes nigerianos no niegan la crueldad de Boko Haram, son radicales en negar su motivación religiosa por una razón simple: el proyecto de ley de Ted Cruz. La legislación propuesta no es solo una declaración simbólica; exige que el Departamento de Estado de EE.UU. designe a Nigeria como un «País de Particular Preocupación» (CPC).

Negar la motivación religiosa de Boko Haram es, para el gobierno nigeriano, una estrategia para evitar sanciones internacionales y proteger su soberanía. / Foto: Nicolas Pinault
Esta designación, reservada para los peores violadores de la libertad religiosa del mundo, activa automáticamente la posibilidad de sanciones económicas y diplomáticas por parte del gobierno estadounidense. Ante la amenaza de un castigo económico que podría afectar gravemente a un país ya en crisis, la estrategia del gobierno nigeriano ha sido la de reformular el conflicto, enfatizando sus raíces socioeconómicas y negando la dimensión religiosa que podría activar dichas sanciones.
Conclusión: más allá de la política
Este breve análisis nos ha permitido entender parte de la compleja situación internacional y las profundas divisiones ideológicas que rodean la tragedia de Nigeria. ¿Es posible que la narrativa del «genocidio cristiano» sea utilizada por actores políticos en Occidente para promover sus propias agendas? Probablemente sí. Pero también es claro que el gobierno nigeriano tiene poderosas razones económicas y políticas para rechazar esa etiqueta y presentar el conflicto como un problema de seguridad.
Sin embargo, como cristianos, no podemos caer en la trampa de limitarnos a elegir un bando en esta guerra de palabras.
No debemos permitir que esta complejidad nos distraiga de la realidad fundamental que establecimos en la primera parte de este texto: el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas en Nigeria es innegable, masivo y, en muchos casos, directamente motivado por su fe.
Incluso si Boko Haram tiene en la mira a poblaciones más amplias, y aun si sus motivaciones se han mezclado con intereses criminales, el sufrimiento de los cristianos es una verdad irrefutable que exige nuestra atención.
La política no debería desenfocarnos. Las realidades del martirio y la persecución deben llamarnos a la oración, la conciencia y la acción.
Por David Riaño | Octubre 17 de 2025 | https://biteproject.com
Referencias y bibliografía
Sen. Cruz Introduces Bill Against Persecution of Nigerian Christians | Cruz Senate
NHRC REPORTS 570 KILLINGS AND 278 KIDNAPPINGS IN APRIL, 2025 | National Human Rights Commission of Nigeria
1.1 Crisis overview | Nigeria 2025 Humanitarian Needs and Response Plan | Humanitarian Action
Nigeria’s New Boko Haram Threat? de James Ker-Lindsay | YouTube
Babagana Zulum: Borno state governor warns of Boko Haram comeback in Nigeria | BBC
WORLD WATCH LIST 2025 | Open Doors
World Watch List 2025 Overview | Open Doors
Nigeria rejects US right’s claims of ‘Christian genocide’ | FRANCE 24 English
Rep. Smith condemns transnational repression targeting Nigerians following Congressional hearing on religious persecution | Chris Smith
Congressman Moore Urges Secretary of State to Designate Nigeria a “Country of Particular Concern” Amid Rampant Christian Persecution | Riley Moore
Boko Haram driven by poverty, not politics, religion – Obasanjo | Guardian
No, Bill Maher, there is no ‘Christian genocide’ in Nigeria | Al Jazeera
‘The disease is unbelief’: Boko Haram’s religious and political worldview | The Brooking Project
From Policy To People: NIGERIA DEVELOPMENT UPDATE – OCTOBER 2025 Bringing the reform gains home | The World Bank
The Government of Nigeria Versus Senator Ted Cruz | Council on Foreign Relations
Bill Maher claims slaughter of Christians in Nigeria being ignored because ‘the Jews aren’t involved’ | Fox News Video
“Christian Genocide” – CAN Clarifies Position | Christian Association of Nigeria
Foto: BITE (con imagen de Unsplash)