«Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios». (Salmos 103:1-2)

Los recuerdos son más que simples imágenes del pasado. Son huellas que Dios deja en nuestra historia, testigos silenciosos de Su amor y fidelidad. Cada experiencia vivida, cada instante compartido, cada prueba superada… todo forma parte de un relato mucho mayor: nuestra historia con Dios.

En la vorágine del día a día, es fácil olvidar cuánto hemos sido bendecidos. Nos enfocamos en lo que falta, en lo que no ha salido como esperábamos, y perdemos de vista todo lo que Dios ha hecho por nosotros. Pero detenernos a recordar es un acto de fe, es declarar: «Dios ha estado conmigo y seguirá estando».

Piensa en un momento difícil de tu vida. Aquel en el que creíste que no había salida. Ahora, mírate en este instante. Sigues aquí. Has avanzado. Has crecido. Y Dios nunca te abandonó.

Los recuerdos no son solo nostalgia. Son pruebas vivas de que Dios es fiel. Son testimonios que nos impulsan a confiar, a seguir adelante, a creer que lo mejor aún está por venir.

No recordamos los días rutinarios, las horas de trabajo o los quehaceres diarios. Recordamos los momentos que nos hicieron sentir vivos. Aquella tarde en la que reíste sin parar con un amigo. Ese abrazo inesperado que te devolvió la paz. Aquella oración en la que sentiste a Dios hablándote al corazón.

No esperes a que sea demasiado tarde para valorar lo que hoy tienes. La sonrisa de un hijo, el consejo de un padre, el cariño de un amigo… son regalos que mañana serán recuerdos. ¿Cómo los estás atesorando? Cada día es una página en blanco. ¿Qué historia quieres escribir en ella?

La Biblia está llena de llamados a recordar. Dios sabía que el ser humano tiene la tendencia de olvidar. Olvidamos las bendiciones y nos quejamos de lo que falta. Olvidamos los milagros y nos dejamos llevar por la preocupación. Olvidamos Sus promesas y caemos en la duda.

El pueblo de Israel lo vivió en carne propia. Vieron el mar abrirse ante sus ojos. Caminaron bajo la protección de una nube de día y una columna de fuego de noche. Fueron alimentados con maná caído del cielo. Y aun así, olvidaron. Dudaron. Se quejaron. Se alejaron de Dios.

¿Cuántas veces hemos caído en el mismo error? ¿Cuántas veces hemos visto Su provisión, Su amor, Su guía… y aun así, nos hemos preocupado como si estuviéramos solos?

No estamos aquí solo para existir. Estamos para vivir con propósito. Para dejar una huella en otros. Para crear memorias que inspiren y marquen vidas.

Aprecia cada instante: No des por sentado lo cotidiano. Disfruta el café de la mañana, la llamada de un ser querido, la luz del sol sobre tu rostro.

Invierte en lo que perdura: No solo en bienes materiales, sino en relaciones, en servicio, en amor.

Cuenta las maravillas de Dios: No guardes para ti los milagros que has vivido. Compártelos. Alguien necesita escuchar lo que Dios ha hecho en tu vida.

Si hoy fuera el último día de tu vida, ¿Qué contarían tus recuerdos? ¿Sobre tu trabajo? ¿Sobre tu éxito? ¿O sobre el amor, la fe y la inspiración que dejaste en los demás?

No se trata de vivir en el pasado, sino de aprender de él para caminar con más fe hacia el futuro. Cada cicatriz es testimonio de superación. Cada lágrima caída es prueba de que Dios nos sostuvo. Cada sonrisa compartida es un regalo que hace la vida más valiosa.

Los recuerdos son piedras de testimonio, anclas que nos sostienen cuando la tormenta arrecia. Nos recuerdan que Dios estuvo, está y estará siempre con nosotros.

Hoy es un nuevo día. Un lienzo en blanco. Una oportunidad para crear recuerdos que valgan la pena.

La pregunta es, ¿Cómo vas a vivirlo?

Que cada palabra, cada gesto, cada acción… refleje a Dios en tu vida. Que cuando alguien recuerde tu nombre, lo asocie con amor, fe y esperanza.

Porque en los recuerdos bien vividos, encontramos la certeza de que Dios ha estado con nosotros… y seguirá estando en cada paso que demos.

MANTENER VIVA LA BONDAD DE DIOS NOS INFUNDE VIDA

Leandro Jesús Oviedo

Es comunicador, escritor y orador, con una vocación clara: inspirar a la generación actual a conocer y servir a Dios en todas las áreas de la vida. Fue ordenado como evangelista por sus apóstoles Sergio y Liliana Galetto del Ministerio Fuente de Vida. Es autor de los libros: “Descubre quién eres”, “El Café de cada día” y “El Poder de la Inspiración”. Conduce en redes sociales el programa “Entrelazados”, donde entrevista líderes de América y Europa con el propósito de ver unido al cuerpo de Cristo. Es conductor de “Afectados”, programa radial que se transmite por Radio Mitre (Cañada de Gómez). Comparte su podcast titulado “Más Profundo” ofreciendo reflexiones enriquecedoras para el alma. Leandro vive en San Genaro (Santa Fe, Argentina) con su esposa Elisabet y sus hijos Theo y Zoe. Su pasión por seguir a Cristo se refleja en su compromiso de compartir un mensaje transformador y edificante.     

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