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Neuronas en Conflicto

Por Leandro Jesús Oviedo

15 de marzo de 2024

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¿Sabías que el placer no es lo mismo que la felicidad? Te lo cuento. En nuestra búsqueda constante de la felicidad, adoptamos distintas formas para alcanzarla, como por ejemplo: comprar el último celular, obtener un título universitario, saborear una deliciosa torta de chocolate o incluso ganar la lotería. Es un anhelo natural del ser humano, una constante búsqueda de significado y bienestar. El sistema en el que vivimos nos motiva a perseguir la felicidad a través del consumo y la gratificación instantánea, nos venden placer por felicidad.

Sin embargo, desde una perspectiva biológica, la ciencia nos muestra una interesante polaridad entre el placer y la felicidad. Mientras que el placer está vinculado a la satisfacción de un estímulo individual y momentáneo, la felicidad va más allá, implicando una conexión más profunda con los demás y un sentido de plenitud duradera. El placer tiene que ver con recibir, mientras que la felicidad con dar.

Este conflicto entre placer y felicidad se refleja en el funcionamiento de nuestras neuronas. La dopamina y la serotonina son neurotransmisores claves en nuestro cerebro, desempeñan roles fundamentales en este proceso. La dopamina, asociada al placer, se libera en respuesta a experiencias gratificantes como comer chocolate, ganar un juego o comprar ropa. Generalmente es una sensación de corta duración, Sin embargo, este placer efímero puede llevarnos a una búsqueda constante de más estimulación, generando un ciclo de gratificación insaciable. Puedo ser adicto al placer, pero no a la felicidad.

Por otro lado, la serotonina, ligada a la felicidad, se relaciona más con la satisfacción de compartir experiencias con otros, como charlar con amigos, ver a tus hijos jugar, o disfrutar de la compañía de una mascota. A diferencia del placer, la felicidad es más duradera y está relacionada con el bienestar emocional y la conexión interpersonal.

Es importante comprender que la búsqueda excesiva de placer, dominada por la dopamina, puede bloquear la producción de serotonina, dejando muerta la neurona que genera ese estado de felicidad. Cuanto más nos aferramos al placer inmediato, más nos alejamos de la verdadera felicidad. Es decir, cuanto más placer buscas, más infeliz sos.

Un ejemplo claro de este conflicto se observa en las discusiones de pareja, donde la necesidad de tener razón prevalece sobre la búsqueda de una solución que promueva la felicidad compartida. El cerebro quiere solo placer, por eso es placentero tener razón.

En un plano espiritual, también encontramos este contraste. La presencia de Dios, más allá de brindar placer, nos ofrece una profunda sensación de felicidad y paz interior. La fe y la conexión espiritual pueden alimentar nuestras neuronas de manera más significativa que la búsqueda exclusiva del placer material.

Por ejemplo, No buscar el rostro de Dios en oración, no leer y meditar en Su palabra puede generar placer, pero no felicidad.

Efectivamente la biblia nos habla de esto. El mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo

Entender este conflicto entre placer y felicidad nos permite tomar decisiones más conscientes y buscar un equilibrio que promueva una vida plena y satisfactoria, tanto a nivel físico como emocional y espiritual.

 

Recordando que la presencia de Dios trae plenitud de gozo y una paz que este mundo no puede dar. La pregunta es; ¿Estás viviendo solo una vida placentera? Disfrutando a corto plazo ese auto nuevo, ese celular que tanto querías, esa rica torta que te hace tu esposa, etc. ¿Estuviste buscando la felicidad y realmente fue solo placer? Tal vez esa es la razón de tu bienestar actual. Recuerda que: «El placer nos tienta, la felicidad nos completa.» Y Jesús es nuestra verdadera felicidad, en Él encontramos paz y gozo permanente, en su vida estamos completos.

Imagen de Pete Linforth en Pixabay

 

Leandro Jesús Oviedo

Es comunicador, escritor y orador, con una vocación clara: inspirar a la generación actual a conocer y servir a Dios en todas las áreas de la vida. Fue ordenado como evangelista por sus apóstoles Sergio y Liliana Galetto del Ministerio Fuente de Vida. Es autor de los libros: “Descubre quién eres”, “El Café de cada día” y “El Poder de la Inspiración”. Conduce en redes sociales el programa “Entrelazados”, donde entrevista líderes de América y Europa con el propósito de ver unido al cuerpo de Cristo. Es conductor de “Afectados”, programa radial que se transmite por Radio Mitre (Cañada de Gómez). Comparte su podcast titulado “Más Profundo” ofreciendo reflexiones enriquecedoras para el alma. Leandro vive en San Genaro (Santa Fe, Argentina) con su esposa Elisabet y sus hijos Theo y Zoe. Su pasión por seguir a Cristo se refleja en su compromiso de compartir un mensaje transformador y edificante.     

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