Un informe reciente del Banco Mundial dice que la guerra entre Israel y Hamás podría empujar al Líbano nuevamente a la recesión, alimentando una demanda más amplia para que se pongan fin a las hostilidades en Gaza.
Los líderes mundiales y la opinión pública mundial siguen divididos sobre cuánto debería durar la guerra, quién es la víctima y quién el agresor.
«La perspectiva desde fuera es muy diferente a la perspectiva desde dentro de esta región. Hay tanta polarización en las noticias y una simplificación excesiva de lo que está sucediendo», dice Pierre Houssney de Horizons International.
«No vemos a nuestra región como una situación de musulmanes versus israelíes; es mucho más diverso de lo que ves en las noticias».
La mayoría de los titulares «intentan convencer de que todo es complejo y difícil de entender», continúa Houssney. «Entonces, simplemente lo simplifican para significar que vas a elegir este lado o el otro».
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El Líbano alberga «tantos tipos diferentes de musulmanes: chiítas, suníes y diversos grupos de interés», dice Houssney. «Hay cristianos libaneses, cristianos sirios, creyentes judíos y creyentes palestinos; Hay muchos creyentes de origen musulmán».
Houssney anima a los creyentes occidentales, como usted y yo, a considerar la guerra como un llamado a la oración. Comprender el contexto regional es vital para alinear nuestras oraciones con el corazón de Dios.
«No mires esto en términos de quién tiene razón o quién no, si los palestinos o los israelíes, sino míralo con ojos espirituales. No mires el choque de civilizaciones o el lado político de las cosas porque no es así como Dios ve este conflicto», dice.
«Dios no quiere que nadie muera, ya sea israelí, palestino, musulmán, cristiano o judío; nadie debería morir sin conocer a Jesús como su Salvador y Señor. Eso es por lo que debemos empezar a orar».
Imagen del encabezado cortesía de Horizons International.
