En la Argentina, las Secretarías de Culto suelen presentarse como un logro institucional que avanza en todo el país. Sin embargo, en muchos casos, estas oficinas se han transformado en un brazo político utilizado por gobernadores e intendentes para manipular y condicionar a las comunidades de fe. Lo que debería ser un espacio de acompañamiento y servicio espiritual se ha convertido en un instrumento de control estatal.
Esto es especialmente evidente en la relación con las iglesias evangélicas. Nuestras congregaciones, por naturaleza, son autónomas, se rigen por la Biblia y cuentan con instituciones de culto independientes. Sin embargo, en provincias como Tucumán se observa un intento sistemático de someterlas o subordinarlas al poder político.
En épocas electorales, esta manipulación se intensifica. Eventos como el “Día del Pastor”, organizados en salones importantes, se transforman en plataformas políticas donde se sortean premios, se rifan objetos y se invita a gobernadores o candidatos que buscan legitimarse frente a la Iglesia.
Recientemente, el gobernador Osvaldo Jaldo se prepara para candidatearse en el Congreso Nacional, utilizando este tipo de escenarios como parte de su estrategia. Es una VERGÜENZA que muchos pastores, por ignorancia o conveniencia política, participen de estas prácticas debilitando el TESTIMONIO PROFÉTICO que el Señor ha confiado a Su Iglesia.
La situación no se limita a una sola provincia. En el sur del país, cuando no pudieron manipular a consejos pastorales fuertes, los gobiernos levantaron «mesas provinciales» supuestamente para el diálogo, pero en realidad dirigidas por funcionarios. Estas mesas son espacios de intercambio de favores, reduciendo a la Iglesia a una minoría dependiente del Estado en lugar de reconocer su voz espiritual y su influencia social.
Los políticos saben que la Iglesia Evangélica tiene un enorme poder de influencia: los pastores llegan a todas las clases sociales, realizan un trabajo social profundo y son referentes para miles de personas.
Por eso buscan absorber ese potencial para capitalizarlo en votos y legitimidad. Frente a este escenario, el llamado es urgente: ¿seguirá la Iglesia comiendo de las migajas del Estado y callando la VOZ PROFÉTICA que DIOS le ha dado?
Hoy necesitamos hombres y mujeres con claridad APOSTÓLICA, que no pacten con los poderes de turno, sino que se levanten como VOZ PROFÉTICA para denunciar la injusticia y señalar el camino de la verdad.
Es hora de que los consejos pastorales se unan con firmeza, rechacen toda manipulación política y asuman su rol profético en la Nación. Porque la Iglesia no ha sido llamada a ser servidora de los intereses partidarios, sino a ser columna y baluarte de la verdad.
Pastor Fico Ruiz para nacidosparagobernar.com.ar
Fico Ruiz es Pastor Principal del Ministerio Casa de Transformación CDT en la Provincia de Tucumán Argentina. casadetransformacion.com.ar