La persecución contra los cristianos en Nicaragua ha alcanzado a María*, una nicaragüense que fue seguidora del Frente Sandinista desde 1987, pero que, tras fundar una iglesia y rechazar la influencia política del gobierno de Daniel Ortega en su fe, se ha convertido en objetivo de la represión estatal.
«Mi familia y yo apoyamos la revolución sandinista desde 1987 por toda la desigualdad económica, opresión y falta de libertad política que veíamos. Por eso ayudamos a los guerrilleros que lucharon en la revolución con comida y un lugar para dormir», explica María, quien inicialmente se alineó con los ideales del movimiento revolucionario.
Sin embargo, su perspectiva cambió en 2020 cuando, junto a su esposo, fundó una pequeña iglesia. En ese momento, el gobierno de Ortega buscaba controlar los mensajes religiosos en el país. «Para mí fue un gran choque saber que el gobierno quería cambiar la Palabra de Dios y los mensajes evangelísticos a favor de la agenda política. No me gustó porque era como la dictadura que existía antes, entonces decidí alejarme de la política y dedicarme al ministerio», relata María.
Según Puertas Abiertas, organización que monitorea la persecución cristiana a nivel mundial, entre 2022 y 2023 se documentaron 242 casos de persecución religiosa en el país. Líderes cristianos han sido arrestados, acusados de delitos arbitrarios o expulsados del país.
El distanciamiento de María tuvo consecuencias inmediatas: las autoridades la amenazaron con negar el estatus legal de su iglesia y arrestar a sus hijos. Aunque nadie fue detenido, la iglesia fue privada de su reconocimiento oficial, lo que la dejó vulnerable a posibles cierres y confiscaciones.
La persecución aumenta en Nicaragua
La historia de María es solo un ejemplo de la creciente represión contra las iglesias en Nicaragua. Según Puertas Abiertas, organización que monitorea la persecución cristiana a nivel mundial, entre 2022 y 2023 se documentaron 242 casos de persecución religiosa en el país. Líderes cristianos han sido arrestados, acusados de delitos arbitrarios o expulsados del país.
Además, en mayo de 2024, el gobierno revocó el estatus legal de 15 organizaciones sin fines de lucro, seis de las cuales eran religiosas, en un intento por consolidar su control sobre las instituciones.
A pesar de la represión, María encontró apoyo en Puertas Abiertas, que le brindó capacitación en temas legales y financieros, permitiéndole obtener temporalmente el registro de su iglesia. «Gracias a Puertas Abiertas, en 2023 obtuve el registro de la iglesia y pude seguir predicando la palabra de Dios. Este año, negaron nuevamente el certificado, pero incluso sin él, continuaremos el ministerio. Que Dios nos bendiga», afirma María.
*El nombre de la persona ha sido cambiado por motivos de seguridad.