De acuerdo con el departamento de investigación de Puertas Abiertas México, se registraron 57 incidentes provocados por el crimen organizado en solo cinco meses, el año pasado. Esto resalta la vulnerabilidad de los cristianos ante la creciente violencia en el país. Estos incidentes van desde intimidación y extorsión hasta ataques directos a lugares de culto y sus lídere

La situación no solo amenaza la seguridad física de la comunidad cristiana local, sino también su libertad de practicar la fe en un entorno cada vez más hostil.

Otro escenario común para los cristianos en México es el desplazamiento, ya que el nivel de violencia los obliga a abandonar sus hogares y ministerios para proteger sus vidas.

Muchos seguidores de Jesús son vistos como un obstáculo para los intereses de los carteles, por lo que están bajo constante vigilancia y, en algunos casos, reciben amenazas de muerte.

«Nos están vigilando porque los niños son posibles recursos humanos para los carteles. Nuestras enseñanzas representan una amenaza para sus intereses», cuenta Marcos Lora (seudónimo), un misionero mexicano.

Otro escenario común para los cristianos en México es el desplazamiento, ya que el nivel de violencia los obliga a abandonar sus hogares y ministerios para proteger sus vidas.

En este contexto, el crimen organizado representa un desafío no solo para los creyentes, sino también para los no creyentes, las autoridades locales y el equipo de Puertas Abiertas México, que sirve a la iglesia en estas regiones.

Por ello, la oración del cuerpo de Cristo en todo el mundo es fundamental para continuar con el trabajo de apoyo a la Iglesia Perseguida en México.

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